Cuando tienes poco tiempo para ver Ammán, lo mejor es organizarse para no perderse ningún lugar importante. Aquí te contamos como lo hicimos nosotros.
Curiosidades sobre Ammán
- El salario medio en Ammán se encuentra entre 700 y 1000 JOD.
- En Ammán no se permite edificar más de 6 alturas para uso residencial. Esta restricción hace que la ciudad sea muy extensa.
- En lugares turísticos puedes pagar en euros y en dólares.
- Como cosas típicas encontraréis bordados, pañuelos y huevos de avestruz decorados.
Tras visitar Jerash por la mañana, planificamos la tarde y la mañana del día siguiente para ver Ammán.
Salimos a la puerta del hotel y unos metros más adelante, paramos un taxi. Ésto es un detalle importante, nunca pidáis un taxi a la puerta del hotel, os cobrarán más.
Nos montamos en el taxi y, tras repetirle varias veces que encienda el taxímetro, al final lo pone.
Hasta aquí todo normal, si no fuera porque la hora del rezo nos pilla en plena carrera.
El hombre, que va escuchando el rezo por la radio, se mete en el caos de Ammán. Mientras conduce va haciendo sus cosas. De repente suelta el volante, se pone a rezar, se pasa las manos por la cara, repite los versos que oye… ¡lo normal en estos casos!
No sabemos si por el poder divino o de puro milagro, llegamos al centro de Ammán. El centro de Ammán también es llamado Downtown.
El taxista nos deja en el Teatro Romano y, la carrera de unos 12 km, nos cuesta 3,2 JOD.
Teatro romano
El Teatro Romano se restauró en 1982 pero dejaron que la piedra envejeciese para que pareciera más antiguo. Tiene una capacidad aproximada de 6.000 espectadores y su acceso en gratuito. Aunque si lo que quieres es subir las escaleras, tendrás que pagar 2 JOD.
Zoco y centro de Ammán
Tras ver el Teatro y hacer unas fotos, seguimos caminando por las calles mientras observamos el trajín diario.El Ramadan hace que las calles a esta hora, tengan más bullicio del normal. Los jordanos ya están deseando pegar su primer bocado del día, se nota.
Nos acercamos hasta un zoco donde se vende fruta y carne, aquí el jaleo es considerable.
Además de fruta y verdura, también vemos dulces típicos, especias, frutos secos… tienen una pinta buenísima.
Mezquita Al Husseini
A la salida del concurrido zoco, nos encontramos con la Mezquita Al Husseini.
Para los ciudadanos de Ammán es el verdadero corazón de esta zona, Downtown. Los no musulmanes no suelen poder visitarla y, al estar en Ramadan, no lo intentamos siquiera.
Por los alrededores, hay tiendas, donde poder comprar refrescos y agua. Una botella de litro y medio nos cuesta 35 piastras, es decir 0,35 JOD.
Seguimos paseando por el centro de Ammán, que es la zona más humilde.
Al contrario que en las ciudades que conocemos, la zona rica es la más alejada. Así, según te alejas del centro de Ammán, las viviendas se tornan más lujosas.
Lo último que visitamos en la tarde, fue la Mezquita del Rey Abdullah.
Mezquita Rey Abdullah
Esta mezquita, de la que habíamos visto un montón de fotos, teníamos ganas de verla. Es realmente bonita y al ser Ramadán, gran número de musulmanes entraban y salían.
Nos quedamos con las ganas de entrar, pero por respeto, no lo hicimos. Días más tarde nos daríamos cuenta del error, por dentro es preciosa.
A la mañana siguiente, llegamos hasta Jabal Al-Qal´a, es decir, la Colina de la Ciudadela.
Ammán se fundó sobre siete colinas, lo que hace que las cuestas sean inevitables.
Colina de la Ciudadela
En Jabal Al-Qal´a encontramos el Templo de Hércules. También encontramos ruinas de más edificios, restos de los orígenes de Ammán que se remontan a la prehistoria.
En esta parte de la ciudad existen evidencias de poblaciones que se remontan a la Edad de Bronce.
Aquí empieza la historia de una ciudad que cambió de nombre varias veces. Los amonitas la bautizaron como Rabbath Ammon. La conquistaron los asirios, los persas y los griegos, que la denominaron Philadelphia. En el siglo VII d.c. Amman recuperó su nombre semítico.
Templo de Hércules
Construido en el siglo I d.c. cuando Ammán formaba parte de la decápolis.
Lo poco que queda de él son las columnas, reconstruidas en 1993. Estas columnas formaban parte del pórtico del templo, el cual se construyó sobre otro anterior.
Junto al Templo se conservan restos de la estatua de Hércules, debió tener más de 45 metros de altura.
La colina de la ciudadela es un museo al aire libre. Allí encontramos también el Palacio Omeya y el Museo Arqueológico de Jordania, entre otros.
Palacio Omeya
El Palacio del Gobernador del período Omeya, construido en el siglo VIII, domina la colina. Junto a este Palacio, se encuentran los restos de una antigua mezquita.
Próximo al Palacio, se encuentra un aljibe para almacenar agua. Desde este punto, se abastecía a toda la ciudad mediante canalizaciones.
Subir hasta la colina de la ciudadela merece la pena sólo por disfrutar de la panorámica que ofrece.
Otro aspecto que nos impactó y nos gustó fue escuchar la llamada al rezo desde las mezquitas. Nos pareció un instante mágico, sólo se escuchaba la llamada en medio del silencio de la ciudad.
¡Hasta siempre Ammán! ¿Nos volveremos a ver? ¿Quién sabe? Tu ruido y caos, tu historia y tu gente nos ha cautivado para siempre.
Otros artículos de interés son:
- Petra, la ciudad oculta de Piedra.
- Wadi Rum o el día que fuimos beduinos.
- Jerash, caminando por el imperio romano.
Esperamos que te haya gustado, déjanos un comentario con las dudas, sugerencias o tu opinión.