Nuestro paso por Ranakpur no dura mucho, pues paramos a comer y ver el Templo Jaina. Aunque corta, la visita a Ranakpur, merece la pena.
Los jainistas no adoran a ningún dios. El
es más bien una práctica filosófica basada en cinco preceptos:
- Veracidad u honestidad sin faltar a la amabilidad.
- No violencia, por lo que se alimentan sólo de vegetales.
- Rectitud, honradez, no robar ni cometer actos innobles.
- Castidad.
- Desapego por lo material.
En la entrada, nos encontramos con una mujer que vende flores para las ofrendas.
El templo está dedicado a Tirthankara Rishabhanatha. Los tirthankaras son seres que alcanzaron la trascendencia y liberación, por lo que son maestros del camino jainista.
Ubicado en las montañas de Aravalli, el blanco mármol supone un brutal contraste con el verde que lo rodea.
Más de 1400 columnas soportan la edificación del s.XV y cada una es distinta al resto.
No nos extraña que este lugar estuviera entre los 77 finalistas antes de ser elegidas las 7 maravillas del mundo moderno.
Desde el techo hasta el suelo, todo son esculturas. Nos resultó llamativo que no fuese tan conocido como otros rincones de India.
La visita la realizamos durante una hora y media, con la ayuda de una audioguía. La audioguía explica muy bien las distintas partes del templo, así como claves para entender el Jainismo.
El tiempo se nos pasó tan rápido, que tuvieron que venir a buscarnos para cerrar el templo.
Como fianza por las audioguías, podemos dejar el pasaporte, 2000 INR o 40 €, o un documento identificativo con foto. En nuestro caso, hemos dejado un viejo carnet de estudiante pues es menos arriesgado que dejar el pasaporte.
Precio: 200 INR la entrada y 100 INR por cada cámara de fotos o móvil.
Horario: 12.00 a 17.00 horas
Salimos rápido hacia Udaipur, para intentar llegar de día. Sólo hemos recorrido unos kilómetros cuando el paisaje se convierte en pura selva.
En el trayecto somos «asaltados» por unos monos en busca de comida. Después de subirse al techo de nuestra furgoneta e insistir, nuestro conductor Nandu sin ningún miedo acaba regalándonos un momento para recordar.
Si quieres conocer nuestra visita a Udaipur pincha aquí
Qué maravilla!! Especialmente los relieves del templo, que me parecen una pasada. Y como bien decís, un lugar no tan conocido, pero que ha pasado inmediatamente a mi lista de lugares para visitar, si es que algún día logró viajar a la India 🙂
Hola Diego, muchas gracias por dedicar un ratillo de tu tiempo en leernos. Nos alegra poder compartir nuestro viaje y que os guste.